Vivimos aquí, sobre la corteza terrestre, la delgada y fina piel de la Tierra.
Una piel, cuyo espesor ronda entre los 30 y los 35 Kilómetros de media, y que en algunos casos se encuentra en contacto directo entre la astenosfera y la superficie del planeta, como ocurre en algunos puntos de las dorsales oceánicas, donde el espesor máximo de la corteza no supera los 5 Km.
En ese espacio comprendido entre la superficie terrestre, y la astenosfera, existen estructuras y elementos geológicos locales que generan sus propias emanaciones, y además, interfieren las fuerzas globales producidas más allá de la piel que las envuelve.
muy bueno de nuevo Fernando, enhorabuena¡
Muchas gracias Anahi 🙂